Su bebé iba a morir. Había una probabilidad muy alta de que ella también muriera. El estado de Texas se negó a hacer nada.
En cambio, la única opción para Kailee DeSpain fue hacer el viaje de 10 horas a Nuevo México para abortar y salvar su vida y luego enviar a casa por correo las cenizas del hijo que ella y su esposo desesperadamente querían.
Esta es la realidad de Estados Unidos en 2022.
“Mis médicos me dijeron: ‘Vamos a ser…